NO RECOMENDADO PARA ESPÍRITUS NAVIDEÑOS FRÁGILES. ...NI OTROS ESPIRITUS.
El año pasado trate de comprar en algún sitio un bote tamaño familiar de Esprit de Noel para rociarme toda yo en él antes de llegar a las entrañables Navidades. No lo encontré. Este año he estado buscando por ahí Licor de Noel para emborracharme con él, pero lo más parecido es el Jul Glögg, un vino que se toma calienta con pasas y piñones en Suecia y otros paises nórdicos, el problema es que no tiene los grados suficientes para arrastrarme a cantar la Marimorena, botella de Anís el Mono cuchara en mano. Así que me he resignado a otra Navidad a Paloseco.
Sin embargo, ayer me di cuenta de que este año la lotería no se ha cruzado por mi camino, ni en el trabajo, ni en las tiendas, ni en la calle...he visitado media docena de ciudades distintas de la mía y no he visto ninguna administración de lotería. Está bien, descartando la opción "afortunada en el juego" cabe la posibilidad de que mi dosis de fortuna, que en algún sitio debo de tenerla ahorrada, se concentre en el amor (o similar).
Este año tampoco no me han dado lote (aunque nunca se descarta la posibilidad de dárselo con alguien interesante, claro), así que en lugar del atracón de chocolate y bombones y las botellas de vino guardadas para las cenas que nunca hago, tengo el chismito electrónico nuevo para escuchar música.
Este año no ha habido amigo invisible en el curro, pero en un momento de crisis compré unos bolis con plumitas cascabeles y espejitos de a euro, que sabía que a las niñas de la ofi les gustarían mucho, para hacer un amigo invisible espontáneo y anónimo. Pero a la perra parece que también le ha hecho ilusión y ahora tengo 6 bolis decapitados con plumas peladas y cascabeles abollados y espejos rascados.
Este año no he puesto árbol de Navidad. Tengo los adornos y las lucecitas preparadas y un par de veces he pensado en aparcar cerca de la tienda, un día llegué a parar y hasta entré en la tienda, pero, no se por qué, compré un cactus. Igual es por que me sabe mal desterrar al único ficus agradecido que he tenido o por la perra, que está tan destructiva que LadyStress le ha recetado un tratamiento de flores de Bach incompatible con una abeto lleno de bolas.
Este año en la pelu me han hecho el típico regalito, pero esta vez no era un osito con gorro de Papa Noel, era una cosa para el incienso decorado con un Buda con cara de mala leche de lo menos navideño, y además estaba roto así que lo he podido tirar directamente sin tener que tenerlo un par de meses (o años) en el cajón de recuerdos de bodas, bautizos y comuniones, llaveros de talleres mecánicos, etc.
Así que de momento este año es la Navidad la que me esquiva a mí. Solo me ha acorralado en dos sitiuaciones: en un Puente Aéreo que se retrasó tres cuartos de hora en despegar y la compañía aérea nos compensó con una dosis de villancicos. El problema es que cada vez que el Capi, hablaba por el micrófono para avisar de un nuevo retaso de 10 minutos, la cinta (que para mi que era un cassete de aquelllos qu evendían en las áreas de autopista) volvía al principio, Escuché tres veces el Arre Borriquito cantado por los Niños de San Idelfonso, como mínimo, que cantan muy bien el gordo, pero ya esta, tres veces el Santa Claus is coming y ninguna de ellas se oyó al coro de Bussiness de detrá de la cortina unirse a la canción, así que descarté que estuvieran rodando la felicitación de Navidad del Puente Aéreo, y tres veces el Fum Fum Fum, que lo siento, pero me gusta más en catalán.
El segundo encontronazo con la Navidad, mucho más crítico, que si resisto retrasos y turbulencias en vuelos, también puedo aguantar los villancicos, el brindis merry Xmas & Happy NewYear de la ofi con la mesa llena de curro y responder a la falsa felicitación de mi jefe con una sonrisa mecánica y dos besos(me ha salido un herpes en el labio) tratando de apartar el "anda y que te jodan" y es que me da miedo que se me aparezca el ángel del espíritu Navideño (o cualquier Freud aficionado) y me llame rancia.
Por los demás, solo en guardia para no contribuir a generar nuevas tradiciones. Y es que en Navidad, si un año alguien se tira un pedo, eso se convierte en el pedo de Navidad de Fulanito y todo el mundo espera que Fulanito se tire un pedo para aplaudir sonrientes y agradecidos de que Fulanito cada año por Navidad se tire un entrañable pedo. Y es que al final, entrañable viene de entrañas, como los pedos.