10 March, 2013

Cacos. Otra vez.

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Hace tres años me entraron a robar en casa. Si queda alguien que leyera mi blog entonces, quizá recuerde mi post al respecto (http://sincausaencasa.blogspot.com.es/2009/04/de-mi-plancha-y-yo-o-planchazo-o.html).  La verdad es que llegar a casa y encontrarte todo revuelto deja el cuerpo muy mal de entrada, luego ves lo que se han llevado y te cabreas. Por que para una plancha y cuatro pendientes malos, no hace falta todo ese follón. Hace apenas un mes me vino a buscar un Mosso al trabajo con una citación. Al parecer habían cogido a los malos y querían que ratificara la declaración. Renuncié a “emprender acciones legales”, no me apetecería encontrarme cara a cara con un chorizo que sabe donde vivo (y que a los dos días estará en la calle), en un juicio, sí, ya se, demasiadas películas, pero es que, y además, gracias al PP, me tocaría oagar  las tasas y demás a mí. Manda huevos. Y de recuperar mis cosas nada, claro.

 Pues bien, hoy, primer día con el Mode Primavera On, me he levantado un poco más tarde de lo habitual y me he ido a la playa. No lo he colgado en facebook, ni en twiter, y mucho menos aqui. No he salido en chanclas con la colchoneta bajo el brazo y la toalla al cuello. He salido como quien sale a comprar el periódico y a tomar un cafe. Un café en la playa, cambio a otra playa a con menos viento y bravas en una terraza. Y a casa. Una mañana deliciosa al sol.

Y llego a casa y la cerradura forzada, La puerta cerrada y la perra ladrando dentro. Esta vez no me he atrevido a abrir la puerta y directamente he bajado a la calle a llamar a los Mossos. Eran las cuatro de la tarde de un domingo.  Los cacos no han llegado a entrar. Reconstruyendo horarios con los vecinos de rellano y los que estaban en el parque de la entrada, parece que ha sido entre las tres o las cuatro.  Y se han ido sin haber conseguido entrar, yo he llegado a las cuatro, seguramente  me han visto o me han oido llegar (Mossos dixit). 

No han conseguido entrar a robar, no me los he encontrado de morros al salir del ascensor. Todo está bien, ¿pero 2 veces en 3 años? Leo las estadísticas en la prensa, baja el índice de delincuencia y una m……………. Yo no voy por ahí con pieles y joyas ni tengo un coche de lujo ni este edificio es de alto standing, y mi cuenta está en números rojos la mayor parte del tiempo. ¿Qué pasa? Pues que este país es el paraíso de los chorizos. Chorizo de todo tipo, te los encuentras por la calle o te entran en casa, por la puerta o por las urnas (que esos son muy chungos también). Y todos lo saben, unos por que los conocen los Mossos y otros por que hicieron campaña electoral o se casaron con una princesa o tuvieron cargo público. Y no pasa nada. Los cogen y nada, a los dos días en la calle de rositas. El otro día, tras leer la noticia del robo de diamantes en el aeropuerto de Bruselas, escribía en el Face una apología de los artistas del robo. Con una estrategia y con un botín elegantes. No estos domingueros de barrio (ni esos políticos y/o aristócratas de m…).

¿Pero un ladrón que aprovecha una mañana de domingo para entrar en un piso vulgar y corriente? que ¿se hubiera llevado? la tele que me regaló el banco? ¿La blackberry del curro? ¿Este mini PC? Ya está nada más, ¿que puede sacar por eso? 300 o 400 euros. 600 a lo mucho. ¿Qué les puede caer por eso? Nada. Un par de visitas al juzgado. Pero, ¿y si no me oyen llegar y los encuentro de marrón? ¿y si les ve un vecino? Un domingo por la mañana es muy fácil. Si esos cacos siguen entrando en casas, y los cogen, y los sueltan, y vuelven a las andadas, es fácil que un día se les complique el tema. Y que utilicen algún modo de violencia.
Yo de momento, como un perro negro de 40 kg, no  parece tener efectos disuasorios, he encargado una placa nueva para el buzón. Sergei Stoliskaya. Alias Coscorrón.

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