13 January, 2007

13 GRUAS BAJO O EL SOL O LA CUESTA DE ENERO

Sábado por la mañana. La cuesta de Enero se me está haciendo muy difícil de subir pero hace sol. Estoy muy baja de fondo, así que decido subir una cuesta asumible. Con tramos empinados, pero amable en su mayor parte. Al menos, más amable que cualquier cajero.

Hacía allá voy. Con mi equipo de supervivencia de sábado por la mañana. Un libro, un paquete de tabaco, una coca-cola y mi cámara de fotos movidas y borrosas. Y la Kenia se viene conmigo. Voy a subir a la Penya del Moro. En la cima hay las ruinas de un poblado ibérico, en el centro los restos de una torre de la que solo queda el hueco central y alrededor una especie de gradas que ofrecen una magnífica vista y…un cómodo solarium.

Suelo llegar, siempre sin fondoni fondos, temprano los sábados por la mañana, hacia las 10. No son más de 30 minutos a un ritmo muuuuy tranquilo y entreteniendome con todo lo que veo yo o lo que ve la Kenia. Los sábados no hay nadie, solo sube de vez en cuando algún biciclitero o alguien con perros. Hola y adios, no más. La mayoría de las veces me apalanco yo sola, con mi libro y mi coca-cola, mientras la Kenia explora toda la zona hasta que se echa en el centro de la torre, que es un “ruedo” de arena que queda a la sombra.

Hoy he subido bastante rápido. Por el camino, he vuelto a fijarme en que la procesionaria ya tiene sus nidos listos. Que la Ginesta tiene aún más flores que hace un par de semanas aunque no estamos en abril. Que hay pinos resecos o de hoja caduca o caducada. Que ese chisporroteo de los postes eléctricos que atraviesan toda la Serralada no puede ser bueno. Que en esa fábrica que hay en medio de la montaña se deben llevar acabo experimentos secretos del gobierno. Que alguien ha soltado sus palomas mensajeras pintadas de colores pero sigo sin cobertura. Que en una simple foto me han salido trece gruas sin fijarme demasiado.

He seguido subiendo. Solo hay tres puntos en los que me tengo que parar y hacer una respiración profunda para recuperar un ritmo de respiración tranquilo. Subo a cómodos plazos.

Y cuando he llegado arriba dispuesta a disfrutar del silencio, he tenido que volver a bajar.

Tal cual si hubiera ido al cajero hoy que no tengo fondos.

3 comments:

nancicomansi said...

Tengo un amigo, JUAN, que, cuando vivía en BARCELONA subía cada dos por tres a la Peña del moro...con su perra gosa. Era un fanático convencido de Collserola (de hecho, de todas las montañas, es un ecologísta recalcitrante pero de los que "actuan" y se patean los paisajes...). Se ponía "negro" cada vez que "tropezaba" con un cazador...

El detective amaestrado said...

Huy, una batida de jabalíes...A mí me suena prometedor.
Envidio que tengas ese paisaje tan cerca, me encanta echar caminatas así

Gwynette said...

En Collcerola se nos cruzaron unos cachorros de jabalíes desorienrtados en medio de la noche...-boniques fotos-

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