25 April, 2008

Como todas las mañanas, no pido un café con leche y un donut, pero me lo ponen. Sin pedirlo cuando queda un taburete vacio me trasladan a él, aunque está en la otra punto de la barra. Sonrío al camarero. Esas cositas son las que hacen llevadera estas jornadas laborales. En el tren me siento. En el Ipod personalizado con el logo de mi empresa suena un blues. Voy al lado de un señor que lleva la mano extendida y sobre ella un caracol que se mueve con esa suavidad que todos hemos observado de pequeño. El señor está ensimismado con el caracol. El resto de pasajeros lo miramos con una mezcla de ternura, simpatía y desconcierto. El caracol estira las antenas hacia el señor. Parece observarlo. Sube por el brazo sorteando el vello, cuando está a la altura del codo, el señor lo toma delicadamente y lo vuelve a sitiuar en el dorso de su mano y así unas cuantas veces. El señor y el caracol son ajenos a la curiosidad que despiertan en los viajeros. Me dan ganas de preguntarle al señor como se llama el caracol, cuánto tiempo tiene…en fin, todas esas cosas que se preguntan a los dueños de mascotas. Un par de paradas después el señor coje el caracol, siempre con delicadeza y se lo pone en la palma de la mano que cierra ligeramente, lo justo para transportar al caracol sin problemas. Cuando abandona el vagón, los pasajeros que hemos ido todo el trayecto embelesados en el caracol soltamos una risita cargada de alivio y nostalgia. Alivio por la enorme curiosidad y desconcierto que producía la escena y nostalgia al recordar lo felices que nos hacía que mamá nos llamara porque había un encontrado un enorme caracol en una hoja de lechuga. Recuerdo ese mismo ensimismamiento, pero no consigo recordar donde acababan aquellos caracoles. Creo que es mejor. El tren sigue su recorrido. Me dirijo a una oficina cada vez más irreal. Me consuelo pensando en que de nuevo se ha abierto la posibilidad de un “despido remunerado” que de aire hasta que se concrete un trabajo nuevo. Me hace gracia pensar que yo que llevo años pensando en leer libros como el “No Logo” o “El libro negro de las marcas” y que me imagino establecida en una isla pequeña rodeada de azul, viviendo descalza entre cuentas de pulseras, parezco destinada a permanecer en este raro mundo de la moda y de las marcas. Llamarlo superficial sería poco. Las últimas ofertas me envían todas a Madrid. No me desagrada. Just do it. Pero no hay playa. Mientras tanto la oficina desierta y en penumbra. El Gran Lerdo oculto tras las grandes puertas correderas de su despacho. Yo tomandome un café y fumando un cigarrillo en mi mesa. De vez en cuando suena el teléfono y respondo con evasivas. Hemos llegado a un acuerdo y no vamos a venir a trabajar todos los dias. Eso me produce mucho desconcierto. Y desconfío. La idea es del Gran Lerdo, pero él ahora no es nadie. El Maligno lo ha abandonado todo de hoy para mañana, se ha largado sin más y sin él no es más que un pelele, rabioso y mal bicho, eso si. De vez en cuando atiendo alguna llamada. Alguien a quien se le debe pasta. Solo puedo dar evasivas respecto a la situación, tratando de que no las interpreten como a que estoy dando la cara por la empresa. Simplemente no se nada. Todo especulaciones, y todas llevan a un pozo negro. La gente insiste en que trate de sacar lo positivo.
Voy a bajar a tomar un café al bar de abajo, a ver si el camarero me dice guapísima, de vuelta, buscaré un caracol en los parterres, lo soltaré en el teclado y le cantaré un poco.
Cargol treu banya.
puja a la montanya
cargol treu vi
puja al montanyí.

15 comments:

Carlota said...

Jo, me recuerda la situación que viví cuando a un jefe mío, del que ya te hablé, le metieron en la cárcel, el segundo jefe, internado en el hospital, y mis compañeros y yo intentando llevar la empresa entre todos... aguantamos unos meses. Entrañable la escena del caracol. Espero que encuentres uno pa'cantarle :). Besos.

Anonymous said...

si, recuedro tu comentario. La situación es parecida, pero van casi dos años de surrealismo a diario y "los normales" que quedamos ya no tenemos fuerzas...

Lo del caracol ha sido muy raro, pero me han caído simpáticos los dos.
un beso

Joanet said...

Guapisima !!!

salut

nancicomansi said...

la reconfortante simplicidad de los animales, ay, vivir en el etereno paraíso del no-tiempo, no-prisas,no-money, no-jefes-cabr...

Que suerte de ellos...

Don Peperomio said...

Joder. Yo también quiero un caracol antiestrés de esos.

sr Miyagi said...

Hola! Venia a ver como iban las cosas entre oficinas y entrevistas. El desenlace se hace esperar, como los caracoles...
Un beso wapisima!

NoSurrender said...

Eso del “teletrabajo” es una moda en muchas empresas. Es un hecho que con banda ancha, unos archivos en red y un teléfono móvil, se puede hace el 80% del trabajo. Hasta los funcionarios están empezando a teletrabajar. Al menos eso no lo tomaría yo como una amenaza.

En Madrid, por cierto, no hay caracoles en el metro.

Salud!

Don_Mingo said...

Qué genial novela (realista, no?).

Luna Carmesi said...

Joder... vaya situación en el curro...
Me pregunto si yo esperaria a una salida remunerada o me lanzaria en la primera oferta de empleo que encontrase...
:-S
grrrr
Supongo que estas cosas las determina el momento personal de cada cual...

alfonso said...

Lo del curro es una situación permanente. Al menos, el caracol sobrevive, aunque sea doblemente encerrado, en su concha y en la palma de una mano... que le quiere.

Sese said...

EL más feliz de esta historia es el caracol que no tiene mayor inquietud ni preocupación que trepar por ese brazo.
Quién fuera caracol!!!

Un saludo

Tristancio said...

Sabes? Leerte ha sido como encontrar a un señor con un caracol que camina por su mano...

El caracol, Esa, puede ser un buen presagio, de días buenos.

Abrazote.-

pcbcarp said...

Acabo de tener un flashback y me he acordado de repente que yo de pequeño era un entusiasta de los caracoles (vivos) Gracias por el link, no lo sabía. Correspondo.

Mel Alcoholica said...

Cargol treeu banya, puja a la muntanya, cargol bové, jo també vindré.

Coco Becerra (Pepe Boada) said...

Un amigo difunto.

http://es.youtube.com/watch?v=4p39pkB59_g

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