Hacía allá voy. Con mi equipo de supervivencia de sábado por la mañana. Un libro, un paquete de tabaco, una coca-cola y mi cámara de fotos movidas y borrosas. Y la Kenia se viene conmigo. Voy a subir a la Penya del Moro. En la cima hay las ruinas de un poblado ibérico, en el centro los restos de una torre de la que solo queda el hueco central y alrededor una especie de gradas que ofrecen una magnífica vista y…un cómodo solarium.
Suelo llegar, siempre sin fondoni fondos, temprano los sábados por la mañana, hacia las 10. No son más de 30 minutos a un ritmo muuuuy tranquilo y entreteniendome con todo lo que veo yo o lo que ve la Kenia. Los sábados no hay nadie, solo sube de vez en cuando algún biciclitero o alguien con perros. Hola y adios, no más. La mayoría de las veces me apalanco yo sola, con mi libro y mi coca-cola, mientras la Kenia explora toda la zona hasta que se echa en el centro de la torre, que es un “ruedo” de arena que queda a la sombra.
He seguido subiendo. Solo hay tres puntos en los que me tengo que parar y hacer una respiración profunda para recuperar un ritmo de respiración tranquilo. Subo a cómodos plazos.
Y cuando he llegado arriba dispuesta a disfrutar del silencio, he tenido que volver a bajar.
Tal cual si hubiera ido al cajero hoy que no tengo fondos.
3 comments:
Tengo un amigo, JUAN, que, cuando vivía en BARCELONA subía cada dos por tres a la Peña del moro...con su perra gosa. Era un fanático convencido de Collserola (de hecho, de todas las montañas, es un ecologísta recalcitrante pero de los que "actuan" y se patean los paisajes...). Se ponía "negro" cada vez que "tropezaba" con un cazador...
Huy, una batida de jabalíes...A mí me suena prometedor.
Envidio que tengas ese paisaje tan cerca, me encanta echar caminatas así
En Collcerola se nos cruzaron unos cachorros de jabalíes desorienrtados en medio de la noche...-boniques fotos-
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