08 May, 2008

Se decía que un tripi lo había dejado “asi”. “Así” se refería a una sonrisa quasipermanente que se alternava con estados de ira. Quizás se hubiera podido establecer una correlación estadística con los litros de alcohol ingeridos o la calidad de la marihuana fumada en una temporada determinada. Vivía en un pueblo mediano en el que se mantenían costumbres antiguas y rasgos rurales que convivían sin problemas con las fabulosas aportaciones de la modernidad. La juventud del pueblo podía escoger entre dos bares. Uno lo frecuentaban los tuneros pelados, partidarios de los combinados y las drogas químicas, el tunning y la música chatarra. El otro, los alternativos de reminiscencias hippies y puretas por encima de la treintena, adeptos de la cerveza, los petas , el guitarreo y el buen rollo. Cada uno de los bares se mantenía fiel a una estética que solo era alterada por las máscaras de Carnaval. En el bar de focos de colores y lasser en la pared se preferían los disfraces de vaquero, de Rambo, de hombre bomba, de narco colombiano… En el bar de luz tenue se preferian los disfraces currados y originales o los disfraces en grupo y las comparsas. El último carnaval fue algo distinto. El que se había quedado así de un tripi se presentó en el bar moderno como todos los sábados. El no se disfrazaba pero tenía un presupuesto extra, tanto en efectivo como en especie, para noches como esa. Estaba más “feliz” que otros días aunque ese día no había llegado a hacer su numerito “que bien bailo” en el centro de la pista, desde primea hora de la noche, se tambaleaba demasiado y había optado por sentarse en la barra a reirse de los disfraces de la peña mientras alternaba tragos de vaso lago con rondas de chupitos con todos los que tuviera alrededor y con diversas maniobras y “busineses” en el WC. El sábado de Carnaval no había hora de cierre y a las 5 el pedal era considerable y la fiesta estaba en pleno apogeo. Cada uno se había metido de lleno en un papel acorde con el disfraz que llevaba y el del tripi le daba ola a todo el mundo. De golpe se apagó la música y se encendieron las luces “de cerrar”. El del tripi, algo deslumbrado miró alrededor. Le sorprendió ver a seís o siete tios disfrazados de verde con fusiles en la mano que fingían una redada. Qué bien lo hacían los cabrones. Uno pateó las puertas de los lavabos para sorprender a los que hacían cosas malas. Otro pidió a todos que se pusieran de cara a la pared, se apoyaran con las manos y separaran las piernas. Que bueno tio, como se lo curran. Ja ja Que bueno. No se dió cuenta de que él era el único que se reía. Ja ja tio. No me metas mano, que te has disfrazado de madero para tocar paquetes ¿o que?. Que marica. Jaja. Qué cabrón Tio. Ja ja tio. Mira todo lo que llevo. Jaja. ¿qué buscais? ¿Esto? ¿O esto? No me jodas, yo te invito a un tirito pero no me vayas a joder la harina. Ja ja que cabrón, te crees que te vas a quedar mis gramitos por que vas disfrazado de madero. Que bueno, que morro. Bueno vale ya, que tengo una copa a medias y se me va a derretir el hielo. Ja ja no, yo a la calle no salgo que hace un frio de cojones. Joder que no me pongas las esposas. Que pareceis los de la Cubana, ¿lo habeís ensayado o que? Jaja que os den el premio al mejor disfraz. Venga Torrente, que te pago una copa. Lo despertaron sin ninguna delicadeza. Joder que frio hace aquí ¿no nen?. ¿No me vais a traer desayuno? ¿Ya me llevaís a casa? Joder que resaca.

14 comments:

Carlota said...

uf, menos mal, pensé que acababa peor la cosa. La historia, genial... pena que no se disfrazara el tripero de Superman ;P. Un beso.

eSadElBlOg said...

BASADO EN UNA HISTORIA REAL

Paco Becerro said...

Menuda historia...

Bueno ESADELBLOG, reaparezco tras unas semanas con mucho ajetreo. Me pongo ya al día.

besitos

Anonymous said...

Juegas bien con los cambios de perspectiva narrativa, con el estilo indirecto libre.

La historia es trágica en el fondo, pero se lee divertidamente gracias al tono que utilizas. Sin embargo, ahora que sé que está basada en una historia real, esa sonrisa de tripi es más trágica aún.

Don_Mingo said...

Vaya tela... esta historia contada de otra forma podría pasar por anécdota cualquiera de bar, pero tu narrativa le da un genialismo especial :)

(Con tu venia te linkeo..)

Juan Tamenela said...

Conozco a alguno que se ha quedado así del tripi y aunque ahora no se meta nada parece que anda todo el día fumado.

Miss.Burton said...

JODERR, QUÉ BUENO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Mira, que cuando vi lo de los disfraces y la redada ficticia, como soy tan fatalista, niña, vi el final... no es ser vidente, eh, es pecar de precavida y pesimista...
Me ha encantado, me veía en el bar ese de puretas, qué quieres que te diga... ahí sentada, tan hancha, tan feliz....
Un besazo fuerte, historia real... joderrrrrrrrrrrrrrrrrr¡¡
Me alegro mucho de verte, tía, siempre me encanta volver por aquí, pero estoy en el ring defendiendo un par de cosas, y no me conecto apenas. Lo siento, eso, no estar al loro de tus posts y eso, pero vuelvo y me siento como en casa.

sr Miyagi said...

Es q es normal, así todos disfrazados de policias...
Vaya resaca que tendría el pobre...

Ray Rudilla said...

Muy bueno.
De estar yo presente en el "evento", aún me estaría riendo.
Saludos cordiales

tan versátil como acústica said...

yo ahí me disfrazaba de tortuga. soy de la idea de que, si te ven escaparte despacito, nadie va a creer necesario seguirte.

me has divertido.

alfonso said...

:=)))...

Luna Carmesi said...

Uiiiffffff

Estoy con Don_mingo!!!
¿real? Ostias...
;-)

Inés Toledo said...

¿¿Puretas por encima de la treintena??
Menos mal que la ausencia de coma deja lugar a que una interprete que especificas, no que consideras que todos los de treinta y pico somos puretas...
(Bien mirado... ¿estaría tan mal ser una pureta guays?)
Siento que el atascarme en esa expresión me haya impedido analizar el resto... Ay, ahora es tarde, y me voy a dormir.
Cual pureta.
:-)
Besos.

eSadElBlOg said...

Gracias a todos por los comentarios, va una ronda de chupitos, la anécdota no es mía, pero es real, todos conocemos a alguien con secuelas de los famosos tripis, pero hay que admitir que tienen ese punto de felicidad infantil que hace que vean las cosas de otra manera. El chico pasó una noche en el calabozo.

ines toledo, siento decirte que así es como se nos considera, ja ja puretas, y eso no quiere decir que yo lo comparta, ¡pero si soy una cría con patas de gallo!

SiteMeter