26 July, 2007

HOY EN EL TREN

Hoy he plegado muy tarde del trabajo. Estaba ese gran cliente que toda empresa quiere tener. Y no ha ido muy bien. Bueno si, se confirma que ese impresentable que es mi jefe es un inútil, no se entera de nada y no tiene ninguna credibilidad en el mundo real.

He cogido un tren bastante más tarde que de costumbre. No estaban las caras habituales. En la estación hacia un calor horroroso y el poco oxígeno que había parecía que podía masticarse de lo cargado que estaba el ambiente. Me he sentado delante de una señora mayor, a simple vista se evía que era del Este. Y mayor muy mayor. Antes de sentarme solo había visto de refilón al sentarme en el gran colorido de sus ropas y en dos grandes fardos de tela a cuadros que había en el suelo junto a ella. Iba sentada muy rígida, sin apoyarse en el respaldo y con la cabeza gacha.

Ha habido un momento en que ha levantado la cara y me ha mirado. Solo unos segundos. Era terriblemente fea. Pero de esa fealdad que solo se ve en las pelis de miedo gracias al maquillaje y a la exageración. Unos ojos saltones y amarillentos bajo una cejas totalmente horizontales y muy gruesas. La mirada era fría y penetrante como si leyera a través de ti. Unos labios blanquinosos, finos y apretados por entre los que sobresalía un incisivo parduzco. Y como no, una verruga inmensa de la que manaba un chorro de pelo negro. Ese vagón iba prácticamente vacio y completamente en silencio.

Esa mirada me ha producido tal desazón he que bajado la mirada al suelo y no la he podido volver ha levantar. Pero así mirando al suelo he visto sus uñas. Eran practicamente igual de largas que mis pulgares y puntiagudas… Ahí ya no me he molestado en disimular: me ha dado tanto miedo que me he levantado y me he cambiado de vagón, vamos que he cruzado todo el tren mirando hacía atrás no fuera que me siguiera.

Me da un poco de vergüenza pensar que me he cambiado de sitio por lo fea que era esa señora, yo que me quejo tanto de la frivolidad que reina en mi trabajo, pero de repente, al llegar a casa me he dado cuenta de que yo ya había visto a esa señora... hace años, en otro tren, un trenecito de colores, yo era bastante más joven que ahora, pero ella no. ¡Para olvidarla!¡Si se lió a escobazos con todos los niños!

2 comments:

eSadElBlOg said...

Carlos,
Gracias pero No , no me interesa más autoayuda que la mía, precisamente tengo un post acerca de lo mejor que creo que te puede pasar en la seccion de autiyuda de la FNAC.
maldito SPAM ¿QUE HAGO CONTESTANDOLE?

Mandarina azul said...

No contestes a carlos, esadelblog. Llama a la bruja y que le reparta escobazos :P

La mezcla de profundidad, de ternura y de ironía en tus escritos me gusta mucho.

¡Un abrazo!

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